Hay alguien que nos observa todo el tiempo.
Sabe de nuestros conflictos, nuestras tribulaciones.
Conoce nuestros defectos y virtudes.
Conoce nuestras heridas.
Conoce nuestros enfados, nuestro dolor, nuestra tristeza.
Sabe que en algún momento transitaremos por todas las emociones.
Conoce nuestra esencia.
Sabe lo que hay dentro de nuestro corazón.
Conoce y comprende todos nuestros pensamientos, nuestros cuestionamientos, nuestras intenciones.
Sabe que somos falibles y que una y otra vez tropezaremos con las mismas situaciones hasta que desarrollemos la humildad y nos demos cuenta de nuestros errores para evolucionar.
Conoce y comprende nuestro placer, nuestras alegrías, nuestros anhelos más profundos.
Nada queda fuera de su mirada.