Coaching Ontológico Personal

Del latín conversari que significa vivir, dar vueltas, en compañía; conversāre que significa juntar versiones o Conversus que significa convertirse.
A través de la conversación damos forma a nuestro vivir, damos vuelta a la experiencia a través del uso de nuestro lenguaje, solos o en compañía vamos juntando nuestras versiones y nos convertimos en lo que decimos y convertimos nuestras palabras en nuestras realidades. Conversar para crecer.

martes, 14 de agosto de 2012

Uno aprende

Jorge Luis Borges

Después de un tiempo uno aprende
la sutil diferencia entre sostener
una mano y encadenar una alma.
  
Y uno aprende que el amor
no significa acostarse y
una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas,
y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza en alto y los ojos abiertos.

Y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes...
y los futuros tienen una forma
de caerse en la mitad que...

Después de un tiempo uno aprende
que si es demasiado,
hasta el calor del sol quema.

Así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma,
sin esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende...
y con cada día y con cada partida
uno aprende...



Con el tiempo aprendes que
estar con alguien porque
te ofrece un buen futuro
significa que tarde o temprano
querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que
sólo quien es capaz de quererte
con tus defectos,
sin pretender cambiarte,
puede brindarte toda
la felicidad que deseas.


Con el tiempo te das cuenta de que
si estás al lado de esa persona
sólo por acompañar tu soledad,
irremediablemente acabarás
deseando no volver a verla.

 Con el tiempo entiendes que
los verdaderos amigos son contados,
y que el que no lucha por ellos
tarde o temprano se verá rodeado
 sólo de amistades falsas.


Con el tiempo aprendes que
las palabras dichas en un momento de ira
pueden seguir lastimando a quien heriste,
durante toda la vida.
 

Con el tiempo aprendes que
disculpar cualquiera lo hace,
pero perdonar
es sólo de almas grandes.
 

Con el tiempo comprendes que
si has herido a un amigo duramente,
muy probablemente la amistad
jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo te das cuenta que
aunque seas feliz con tus amigos,
algún día llorarás por aquellos
que dejaste ir.


Con el tiempo te das cuenta de que
cada experiencia vivida
con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que
el que humilla o desprecia a un ser humano,
tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios,
multiplicados al cuadrado.


Con el tiempo comprendes que
apresurar las cosas o forzarlas
a que pasen ocasionará que
al final no sean como esperabas.


Con el tiempo te das cuenta de que
en realidad lo mejor no era el futuro,
sino el momento que estabas viviendo
justo en ese instante.


Con el tiempo aprenderás que
intentar perdonar o pedir perdón,
decir que amas, decir que extrañas,
decir que necesitas,
decir que quieres ser amigo,
ante una tumba,
ya no tiene ningún sentido, ya es tarde,
nunca dejes que algo
te sea demasiado tarde.


Pero desafortunadamente,
se aprende sólo con el tiempo...

William Shakespeare

Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.

Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas... comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.

Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado...

Aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas...

Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma... descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tu también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida.

Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa que es lo que tienes, sino a quién tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir.

Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian.

Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, sólo por el placer de disfrutar su compañía.

Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la ultima vez que las veamos.

Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos.

Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar.

Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.

Aprenderás que no importa a dónde llegaste, sino a dónde te diriges y si no lo sabes cualquier lugar sirve...

Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlaran y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.

Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias... aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica.

Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.

Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.

Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones.

Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque le estarás quitando la esperanza.

Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel.


Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben como demostrarlo...

No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.

Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado.

Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.

Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores.

Entonces y sólo entonces sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más. Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Los malos vecinos


Había una vez un hombre que salió un día de su casa para ir al trabajo, y justo al pasar por delante de la puerta de la casa de su vecino, sin darse cuenta se le cayó un papel importante. Su vecino, que miraba por la ventana en ese momento, vio caer el papel, y pensó:

- ¡Qué descarado, el tío va y tira un papel para ensuciar mi puerta, disimulando descaradamente!

Pero en vez de decirle nada, planeó su venganza, y por la noche vació su papelera junto a la puerta del primer vecino. Este estaba mirando por la ventana en ese momento y cuando recogió los papeles encontró aquel papel tan importante que había perdido y que le había supuesto un problemón aquel día. Estaba roto en mil pedazos, y pensó que su vecino no sólo se lo había robado, sino que además lo había roto y tirado en la puerta de su casa. Pero no quiso decirle nada, y se puso a preparar su venganza. Esa noche llamó a una granja para hacer un pedido de diez cerdos y cien patos, y pidió que los llevaran a la dirección de su vecino, que al día siguiente tuvo un buen problema para tratar de librarse de los animales y sus malos olores. Pero éste, como estaba seguro de que aquello era idea de su vecino, en cuanto se deshizo de los cerdos comenzó a planear su venganza.

Y así, uno y otro siguieron fastidiándose mutuamente, cada vez más exageradamente, y de aquel simple papelito en la puerta llegaron a llamar a una banda de música, o una sirena de bomberos, a estrellar un camión contra la tapia, lanzar una lluvia de piedras contra los cristales, disparar un cañón del ejército y finalmente, una bomba-terremoto que derrumbó las casas de los dos vecinos...

Ambos acabaron en el hospital, y se pasaron una buena temporada compartiendo habitación. Al principio no se dirigían la palabra, pero un día, cansados del silencio, comenzaron a hablar; con el tiempo, se fueron haciendo amigos hasta que finalmente, un día se atrevieron a hablar del incidente del papel. Entonces se dieron cuenta de que todo había sido una coincidencia, y de que si la primera vez hubieran hablado claramente, en lugar de juzgar las malas intenciones de su vecino, se habrían dado cuenta de que todo había ocurrido por casualidad, y ahora los dos tendrían su casa en pie...

Y así fue, hablando, como aquellos dos vecinos terminaron siendo amigos, lo que les fue de gran ayuda para recuperarse de sus heridas y reconstruir sus maltrechas casas.

Pedro Pablo Sacristán

lunes, 6 de agosto de 2012

¿Porque gritamos?


Un sabio preguntó a sus mandalies lo siguiente:

— ¿Por qué la gente se grita cuando está enojad
a?

Los hombres pensaron unos momentos:

—Porque perdemos la calma —dijo uno— por eso gritamos.

—Pero
, ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? —preguntó el sabio—. No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?

Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al sabio. Finalmente él explicó:

—Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.

Luego el sabio preguntó:

— ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran?, ellos no se gritan sino que se hablan suavemente, ¿por qué?
Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.

El sabio continuó:

—Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven a
ún más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuan cerca están dos personas cuando se aman.

Luego el sabio dijo:

—Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso.

Si nos equivocamos




 

"Mi madre solía decir lo siguiente sobre la residencia: “tardas un año en aprender a cortar, y una vida a aprender a no hacerlo”. De todo el instrumental quirúrgico, la sensatez es el utensilio maestro, sin ella no somos más que niños correteando con bisturíes."


"Somos humanos. Cometemos errores, malinterpretamos, tomamos decisiones incorrectas, pero cuando un cirujano se equivoca no es tan sencillo. La gente se hiere, sangra, así que luchamos en cada punto, agonizamos en cada sutura porque los juicios precipitados, las decisiones que tomamos sin pensar, sin vacilar… son las que nos persiguen eternamente."

Porque todos cometemos errores en la vida. Porque todas las personas nos equivocamos. Porque se equivocan los demás con nosotros. Porque con los demás nosotros somos los que nos equivocamos. Porque somos mal agradecidos e injustos. Somos olvidadizos, tremendos, y a veces malos. Porque nadie es perfecto. Porque estamos aprendiendo. Estamos creciendo, construyéndonos, perfeccionándonos...


Necesitamos un día del perdón.. Para poder perdonar y perdonarnos... para despedir el dolor y el sufrimiento.... Para ir liberándonos.

Expande un poco tu conciencia, y ya no necesitarás sentirte culpable por los errores. Por ejemplo, si miras tu vida como un actor lo hace con su papel, verás una sucesión de escenas. Cada escena que pasa, una vez que pasa, está terminada.
 
 
La sabiduría dice: “Así es la forma de mirarla”. Es más fácil dejar que el pasado sea pasado si recuerdas que no puedes cambiar el pasado pero que definitivamente puedes cambiar el futuro.

Puedes cambiar, aquí y ahora, de forma que no se repita un error.
  

La conexión con Dios te da tanto poder que tus errores se pueden borrar.

Extraído del libro
COMPAÑERA DE DIOS


Cómo arreglar el mundo



Un científico vivía preocupado con los problemas del mundo y estaba resuelto a encontrar medios para disminuirlos. Pasaba días encerrado en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.


Cierto día, su hijo, de siete años, invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, intentó hacer que el hijo fuera a jugar a otro sitio. Viendo que sería imposible sacarlo de allí el padre procuró algo para darle al hijo con el objetivo de distraer su atención...

De repente tomó un planisferio de una revista, y, con una tijera, recortó el mapa en varios pedazos. Junto con un rollo de cinta adhesiva lo entregó al hijo diciendo:


¿A ti te gustan los rompecabezas? Entonces voy a darte el mundo para arreglarlo. Aquí está el mundo todo roto. ¡Mira si puedes arreglarlo bien! Hazlo todo solo.


Calculó que al niño le llevaría días para recomponer el mapa. Algunas horas después, oyó la voz del hijo que le llamaba calmamente:

Padre, padre, ya he hecho todo. ¡Conseguí terminar todo!


Al principio el padre no dio crédito a las palabras del hijo: "¿Sería imposible a su edad haber conseguido recomponer un mapa que jamás había visto?"



Entonces el científico levantó los ojos de sus anotaciones seguro que vería un trabajo digno de un niño. Para su sorpresa el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus sitios. ¿Cómo sería posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?


Tú no sabías cómo era el mundo, hijo mío. ¿Cómo lo conseguiste?
 

...Padre, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando tú quitaste el papel de la revista para recortar, yo vi que del otro lado había la figura de un hombre... Cuando tú me diste el mundo para arreglarlo, yo lo intenté pero no lo conseguí.

Fue entonces que me acordé del hombre, di vuelta a los recortes y empecé a arreglar el hombre, que yo sabía cómo era. Cuando conseguí arreglar el hombre, di vuelta a la hoja y encontré que había arreglado al mundo...


La clave: ¡Cambiar yo para que cambie el mundo!
Autor Desconocido

Datos personales

Mi foto
Lindavista.Ciudad de México, Ciudad de México, Mexico
conversarescrecer@gmail.com