Coaching Ontológico Personal

Del latín conversari que significa vivir, dar vueltas, en compañía; conversāre que significa juntar versiones o Conversus que significa convertirse.
A través de la conversación damos forma a nuestro vivir, damos vuelta a la experiencia a través del uso de nuestro lenguaje, solos o en compañía vamos juntando nuestras versiones y nos convertimos en lo que decimos y convertimos nuestras palabras en nuestras realidades. Conversar para crecer.

sábado, 27 de septiembre de 2014

El derecho al delirio

 


"¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho de soñar?

¿Qué tal si deliramos por un ratito?

Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia,

para adivinar otro mundo posible:

 

El aire estará libre de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones;

en las calles, los automóviles serán aplastados por los perros;

la gente no será manejada por el automóvil,

ni será programada por la computadora,

ni será comprada por el supermercado,

ni será mirada por el televisor;

el televisor dejará de ser el miembro mas importante de la familia,

y será tratado como la plancha o el lavarropas;

la gente trabajará para vivir,

en lugar de vivir para trabajar;

se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez,

que cometen quienes viven por tener o por ganar,

en vez de vivir por vivir nomás,

como canta el pájaro sin saber que canta

y como juega el niño sin saber que juega;

en ningún país irán presos los muchachos que

se nieguen a cumplir el servicio militar,

sino los que quieran cumplirlo;

los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo,

ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas;

los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas;

los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos;

los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas;

la solemnidad se dejará de creer que es una virtud,

y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo;

la muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes,

y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero;

nadie será considerado héroe ni tonto por hacer lo que cree justo

en lugar de hacer lo que más le conviene;

el mundo ya no estará en guerra contra los pobres,

sino contra la pobreza,

y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra;

la comida no será una mercancía,

ni la comunicación un negocio,

porque la comida y la comunicación son derechos humanos;

nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión;

los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura,

porque no habrá niños de la calle;

los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero,

porque no habrá niños ricos;

la educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla;

la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla;

la justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas,

volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda;

una mujer, negra, será presidenta de Brasil y

otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América;

una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú;

en Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia

obligatoria;

la Santa Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés,

y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo;

la Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios : “Amarás a la naturaleza, de la que formas parte”,

serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma;

los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos son los que se desesperaron de tanto esperar y los

que se perdieron de tanto buscar;

seremos compatriotas y contemporáneos de

todos los que tengan voluntad de justicia y

voluntad de belleza, hayan nacido donde hayan nacido

y hayan vivido cuando hayan vivido,

sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo;

la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses;

pero en este mundo chambón y jodido,

cada noche será vivida como si fuera la última

y cada día como si fuera el primero."

Eduardo Galeano
(del libro Patas Arriba)

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